BEE JUNIO 2013
Cascabel – Carrera contra el Reloj – Visitantes No Esperados – Caminatas Botánicas – el Inventario y Adiós Mulegé – Hola Guerrero Negro y Bahía de los Ángeles
Mulegé, BCS — mediados de abril a mediados de mayo de 2013
Una persona solo puede tomar tantas fotos de las mismas plantas y flores antes de que explote el disco duro de la computadora. Entonces, para satisfacer mi necesidad fotográfica y reducir la cantidad de fotos que tomo, he estado jugando con la luz para mostrar mis especies de plantas amadas de una nueva manera, principalmente usando el medidor de puntos para capturar las flores y las hojas con luz de fondo o destacado por el sol. Entonces, para llegar al punto aquí: una calurosa mañana de abril mientras caminaba por uno de mis antiguos refugios en Punta Arena, vi mi oportunidad de tomar fotos de una sandia de la pasión (Passiflora palmeri) que brillaba a la luz del sol contra un fondo sombreado y muy oscura, y me dirigí hacia ella.
Sandía de la pasión (Passiflora palmeri), endémica de la península.
Descubrirá el por qué ésta no es la calidad de la foto que esperaba.
Justo antes de llegar a la planta, comenzó un zumbido incesante y desconocido. El ruido tardó unos segundos en registrarse y filtrarse a través de mis células grises, llegar al cerebro reptiliano y provocar un reflejo de sobresalto, seguido directamente por un salto hacia atrás. Mi reacción se retrasó, creo, porque sonaba más una matraca del desierto (Campylorhynchus brunneicapillus) calentándose para una canción larga que como la única otra serpiente de cascabel que había escuchado en persona. Ése era más como el sonido de unas piedras que se las agitaban dentro de una bolsa de papel rígida. Causó que los pelos de todos presentes, inclusive el gato, se pusieron de punta de inmediato. Éste no era la canción de una matracha del desierto, definitivamente no era una matraca.
Después de determinar la ubicación de la serpiente y determinar que no iba a poder atacarme por detrás del arbusto muerto a unos 2.5 metros de distancia (a propósito, un Apán - Bebbia juncea), debajo del cual se estaba escondiendo, me moví un poco más cerca para verla mejor y enfocar mi cámara en ella. Cuando comenzó a salir de su escondite, paralelo a mí y hacia una cubierta profunda, pude ver todo el cuerpo: aproximadamente 1 metro de largo y en el punto más ancho era al menos tan grueso como mi muñeca. ¡Desafortunadamente, se estaba refugiando bajo mi sandía de la pasión!
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El cascabel diamante rojo (Crotalus ruber), una especie muy difundida por la península. Son cortos y gruesos.
¿Puedes encontrar el cuerpo y la cola? El cuerpo grueso se estrecha abruptamente hasta convertirse en una delgada cola a rayas blancas y negras que termina en los cascabeles.
Evidentemente habiendo decidido que yo no era una amenaza, se había relajado con la cabeza debajo del arbusto, de espaldas a mí, pero con el cuerpo y la cola parcialmente visibles. En ese momento, pude inclinarme hacia el otro lado del arbusto y obtener algunas tomas ampliadas de las flores y las hermosas marcas en la espalda de la serpiente mientras la mantenía justo dentro de mi campo visual. Afortunadamente, esta belleza no estuvo a la altura de su reputación de ser agresiva. Todas las serpientes de cascabel que hemos visto aquí generalmente se han detenido para evaluar la situación y luego se alejaron lentamente. En este caso, la serpiente me dio una advertencia amplia cuando todavía estaba yo a una distancia segura y me movía tangencialmente.
En los 24 años que hemos estado viajando a Baja California, solo hemos encontrado cinco serpientes de cascabel. Todos, menos una, eran como ésta, una cascabel diamante rojo (Crotalus ruber) y varios cruzaban el camino a una distancia segura. Ésto fue el primer contacto cercano para mí en los 12 años en que he estado vagando por los matorrales, principalmente porque la mayoría de las serpientes están hibernando cuando el clima es más frío, que coincide con nuestra estancia en Mulegé. Ciertamente me hizo reflexionar más de salir sola, y frenó un poco mi entusiasmo durante las salidas en nuestra última semana en el pueblo. Las temperaturas habían aumentado dramáticamente a fines de abril y las criaturas obviamente se estaban volviendo activas.
La carrera contra el reloj — el ojo y el río
Después de revisar mi "lista de recolectas pendientes" una mañana, vi que todavía no había recolectado un zacate que había visto en el medio del río, así que me aseguré que puse las botas de goma en la camioneta antes de salir. El plan era llegar a una pequeña barra de grava en el río, cerca del Ojo, donde crecía vigorosamente un montoncito de zacate. Me puse las botas, agarré un palito del suelo como bastón y, colgando mi cámara sobre mi hombro, me dispuse a llegar a la planta. Tengo suerte de que todavía no estoy atrapada en el medio del río.
El lecho del río se ve engañosamente sólido desde arriba, pero es más como una capa de limo fino suspendido en el agua y de aproximadamente medio metro de profundidad. Entonces, lo que parece sólido cede cuando entras. Después de un comienzo tambaleante en el banco recién batido por el ganado, logré cruzar un parche sólido de roca y grava, entonce seguí la ribera opuesta que estaba más firme a lo largo de la pared de Arundo, dando un paso de una pequeña roca a otra durante la mayor parte del camino. Pero entonces llegué a una brecha en las piedras, y cuando empezaba a dar otro piso, descubrí en este momento que no iba a alcanzar el fondo pronto.
Me hundí hasta la espinilla antes de que pudiera detenerme, y lentamente retraje ese pie, afortunadamente bota y todo. ¡Si no fuera por el bastón, creo que podría haberme perdido mi equilibrio y metido al agua! De alguna manera, encontré un lugar sólido para cruzar la brecha y llegué a la barra de grava. Rápidamente tomé fotos y muestras porque mientras estaba parada allí, me hundía lentamente en el lecho del río. Recuerdos infantiles de películas de la jungla y arenas movedizas aparecieron momentáneamente en mi cabeza. Cuando me di vuelta para volver sobre mi camino, pude ver pequeñas nubes de limo (mis huellas) \aún suspendidas en el agua.
La recompensa fueron las muestras del zacate conocido como pata de conejo (Polypogon monspeliensis, Poaceae), una maleza anual que crece en lugares húmedos como los bancos de arroyos y estanques. Ésta fue la única planta de la especies a lo largo de todo el río.
A medio camino al zacate.
Objetivo cumplido, la muestra recogida y de nuevo a salvo a la orilla.
Rumex sp. (Lengua de Vaca, Polygonaceae)
Finalmente he salido victoriosa en mi carrera contra las cabras y otros rumiantes. Mientras les mostraba a mis amigos el Ojo una tarde, vi que un Rumex había crecido rápidamente con el calor y finalmente estaba floreciendo. También hubo un gran parche en la orilla del río que estaba en buen estado, todavía no perturbado, pero que todavía no florecía. Tuvimos poco tiempo, así que retrasé la recolección de una muestra ese día y me dije que regresaría al día siguiente. No lo hice hasta el segundo día. Se me cayó el alma cuando lo primero que vi fue un sendero recién “segado” a la orilla del río, luego un parche desnudo a lo largo de la orilla, y que una vez más el Rumex había sido cortado casi hasta las raíces. Miré inmediatamente al lugar donde la otra planta había estado floreciendo. Me alivié cuando vi que todavía estaba allí bien protegida por un apretado grupo de plantas jóvenes de tabaco (Nicotiana glauca, Solanaceae) que la había escondido bien. Rumex inconspicuus es la identificación preliminar.
Lengua de vaca (Rumex inconspicuus?)
La inflorescencia de cerca.
Unos Visitantes Inesperados
Justo antes de salir de Mulegé hacia el norte, tuvimos el placer de reunirnos con unos amigos de California que estaban en Baja California para visitar el arte rupestre de la Sierra San Francisco en un viaje de mula de 7 días. Habían hablado por varios años de la posibilidad de visitarnos, y finalmente estábamos todos más o menos en la misma área al mismo tiempo. Desde San Ignacio, donde su grupo se estaba reuniendo para la excursión, condujeron dos horas hacia el sur para ir en una caminata con nosotras para ver las plantas y pájaros. Alan Harper es un talentoso fotógrafo y observador de aves, así que pensaba yo que el Ojo podría ser el lugar perfecto para que él buscara una de las seis especies de aves endémicas de la península, la Mascarita Bajacaliforniana (Geothlypis beldingi). Sula Vanderplank es una botánica que trabaja en la flora de la Provincia Florística de California en el estado (norte) de Baja California. Ambos también trabajan juntos en la conservación del suelo y hábitat a través de TerraPeninsular, que fundó Alan.
Después de reunirme con ellos en la carretera, nos dirigimos a la misión Mulegé y al mirador, un punto de vista excavado en un cuello volcánico que domina el río. Ofrece una vista panorámica e icónica del oasis de Mulegé. Quería que vieran desde arriba a dónde pronto iríamos dentro del oasis de palmeras en el Ojo.
Alan tomó fotos de las fragatas magníficas (Fregata magnificens) que recorren las columnas de aire caliente (los termales) cerca del mirador, descendiendo de vez en cuando para rozar la superficie en busca de un bocado de agua fresca. Mientras mirábamos hacia el río, incluso vimos una gigantesca tortuga de agua dulce (posiblemente algún tipo de tortuga pinta) tomando el sol en la superficie.
Afortunadamente para todos nosotros, las altas temperaturas del día anterior habían disminuido.
Pudimos disfrutar de nuestro tiempo bajo la sombra de las palmas con una brisa fresca que revoloteaba entre los árboles.
Mientras estábamos en el Ojo, conocimos a un hombre que desenterraba las raíces de Yerba Mansa (Anemopsis californica). Empezamos a platicar y dijo que iba a hacer un té de las raíces para su hija, que acababa de romperle el brazo en tres lugares. Dijo que el té se usa para "limpiar" la sangre y fortalecer el sistema. Muy pronto, todo nuestro grupo se reunió para hablar sobre los beneficios de la planta y también de Nicotiana glauca como un cataplasma para, entre otras dolencias, problemas estomacales. Cuando finalmente nos despedimos, habíamos establecido quiénes éramos y de dónde veníamos, qué parientes suyos conocíamos y qué amigos teníamos en común. Así es aquí. Es muy satisfactorio conectarse con la gente local y compartir el conocimiento de su entorno con ellos.
Nuestra visita con Alan, Sula y sus amigos fue demasiado corta y apresurada, pero logramos hacer mucho en poco tiempo antes de que tuvieran que regresar a San Ignacio donde todavía tenían que prepararse para el recorrido la mañana siguiente. Desafortunadamente, no vimos una Mascarita Bajacaliforniana. Puedes ver fotos de su viaje aquí.
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Caminatas Botánicas
Todavía no he mencionado las caminatas botánicas que ofrezco aquí para los visitantes y residentes que hablan inglés. Desde 2007, cuando he tenido tiempo, he ofrecido caminatas guiadas gratuitas cada semana alrededor de Mulegé y Bahía Concepción. Prefiero decir “tomar un paseo”, porque mucha gente piensa que vamos a ir de excursión. ¡Tontos! Poco saben que tendrán suerte si cubrimos 100 metros en dos horas. Hay tantas plantas por ahí, y quiero que la gente aprenda ver y distinguir las plantas, y tener la oportunidad de hacer preguntas sobre lo que están viendo. Por eso, raras veces lleguemos muy lejos, a menos que esté determinada yo a cubrir una área específica.
Cada semana me gusta ir a un sitio diferente para ver un hábitat diferente o una variedad de matorrales desérticos. Estos incluyen el valle de Mulegé, los manglares a lo largo del río cerca de la desembocadura, el cuello volcánico donde se ubica el faro, las dunas de playa cercanas y el Ojo, entre otros.
El matorral desértico del valle de Mulegé: las lupas son imprescindibles para visualizar las flores diminutas que son comunes en las plantas del desierto.
Un sistema de dunas extenso y bien vegetado al sur del pueblo. Esta duna tiene unos 15 metros de altura.
Cerca de Playa Escondida, Bahía Concepción: el grupo huele el follaje de un Torote Colorado (Bursera microphylla).
Arriba en las dunas: observamos las especies comunes del desierto, así como algunas que son restringidas a las dunas.
Este año, ofrecí once paseos diferentes entre diciembre y abril. Espero que la próxima temporada pueda despertar cierto interés en los residentes mexicanos locales para que se unan a mí en los paseos. Hemos hecho algunas buenas conexiones hasta el momento, y la próxima temporada tendré que seguir cultivándolas.
Cuando llegamos después del huracán y la inundación, ya estaba pensando sobre la temporada extendida para los paseos botánicos que resultaría. Pero debido a eventos imprevistos, me perdí la mayor parte de diciembre y todo enero mientras me recuperaba de una caída y un hombro lesionado. Fue una verdadera lástima, ya que ése habría sido el momento perfecto para ver muchas plantas con hojas, y luego seguirlas durante la floración hasta su estado latente en marzo o abril.
El Faro de Mulegé: la parte superior del sendero ofrece un panorama muy amplio de la desembocadura del río.
Cuando el Sr. Hofmeister se encuentra a Hofmeisteria fasciculata (Asteraceae), se resulta la felicidad. Paseo de plantas en el Faro.
Estadísticas Finales del Año en el Inventario Botánico
Cuando salimos para Mulegé a fines de 2012, tuve 329 especies en mi inventario de plantas. Terminé mi estadía en mayo después de haber agregado 42 más, para un total de 371. El número agregado representa el 11% de la flora total recolectada hasta el momento en el área. Y allí estaba yo pensando, antes de salir a México y sin saber algo de la lluvia de verano o el huracán, que probablemente tendría una temporada de campo sin novedades y sería afortunada si agregara cinco taxones a la lista.
No es sorprendente que la gran mayoría de las plantas recolectadas se encontraran a lo largo del río en el oasis de palmas. Primero, probablemente pasé el 90% de mi tiempo monitoreando esas áreas (debido a mi hombro), en lugar de caminar más lejos en el matorral del desierto que no había mostrado mucha actividad durante los meses de invierno. Y segundo, había una tremenda cantidad de agua que fluía hacia el valle y dejaba agua estancada en algunos lugares en el oasis que persistieron durante varios meses. Alrededor del 80% de los taxones que recolecté este año están incluidos en el inventario de la flora de la ecorregión de la Sierra de la Giganta y muchos de ellos muestran una afinidad fuerte o aún exclusiva por los hábitats húmedos como en las orillas de los ríos y los bordes de los estanques, unos hábitats que no se encuentran dentro de mi área de estudio salvo en las huertas de palma. Parece que las semillas de estas especies fueron barridas río abajo y encontraron un hábitat adecuado, o un banco de semillas ya existía dentro de este hábitat y brotó cuando las condiciones adecuadas se presentaron este otoño, o una combinación de los dos.
No espero una temporada de campo tan ocupada el año que viene, pero ¿quién sabe? Me encantaría, pero no desearía a la gente del pueblo las condiciones necesarias para ello. Tal vez tenga suerte y habrá nuevas especies que no brotaron este año pero sí el año que entra.
Exuberante crecimiento de Shrubby Fleabane (Pluchea symphytifolia, Asteraceae). La hierba es glandular y huele ligeramente a menta.
Corrección: originalmente se indentificó como Verbesina peninsularis (Asteraceae), pero la determinación correcta es Verbesina encelioides, una especie de maleza no particularmente común en Mulegé.
El fruto (en la foto a la derecha) es bastante diferente que en el girasol agrícola típico. Tiene un margen ancho y corchoso que rodea el cuerpo negro, y dos cerdas, uno a cada lado de la ranura en la parte superior.
Las flores de Pluchea symphytifolia. Conocida en algunas partes de México como Lengua de vaca.
El capítulo de Verbesina encelioides. Las abejas melíferas, las avispas de papel y las mariposas siempre estaban ocupadas alimentándose de ellas.
Adios Mulegé, Saludos a...
Tristemente nos despedimos de Mulegé el 3 de mayo y nos dirigimos hacia el norte en nuestro primer tramo hacia Guerrero Negro, el pueblo más al norte del estado de Baja California Sur. Se encuentra justo en el paralelo 28 y la frontera estatal. Nos despedimos del clima loco en el Golfo y nos dirigimos al fresco zona de niebla del Pacífico. ¡Desde el baño de vapor hasta los calcetines de lana en solo 4 horas!
La neblina en la boca de Bahía Concepción, vista desde el interior de la Bahía. Aparecería, desaparecería y reaparecería dentro unos minutos.
La vista por la ventana del hotel la primera mañana en Guerrero Negro. ¿Dónde está la camioneta?
Se sabe que algunos visitantes de Guerrero Negro se refieren a la ciudad como “la axila de BCS”, pero hay una increíble variedad de cosas geniales para ver y hacer si tienes el tiempo e inclinación. Se trata de la sutileza. Guerrero Negro se encuentra en una llanura costera azotada por el viento, relativamente plana, con partes de la pueblo realmente debajo de la capa freática marina, y está envuelto en niebla durante una gran parte del año. Por lo tanto, no hay paisajes desérticos espectaculares para sorprender a los visitantes, o playas cálidas para atraer a los bañistas.
Pero las puestas del sol sobre los gigantescos estanques de residuos concentrados (los amargos) de la salinera brindan una vista espectacular casi todo el año. Las dunas de arena al lado de la laguna son bajas, escasamente vegetadas, siguen hasta donde alcanza la vista y pueden parecer monótonas y desprovistas de organismos vivos reales. Sin embargo, esconden una increíble variedad de plantas, especialmente entre enero y marzo (después de las abundantes lluvias de otoño o invierno) cuando las flores silvestres pueden cubrir las dunas en tonos de rosa y amarillo por kilométros.
Los amargos, enormes estanques de residuos del proceso de evaporación de sal. El color del agua se ve un mar tropical poco profundo.
Dunas activas al norte de la ciudad de Guerrero Negro a lo largo del borde de la Laguna Ojo de Liebre (Laguna de Scammon). El sistema es extenso y muy activo. La arena es muy fina.
La llanura es también el hogar ancestral de un antílope endémico conocido como el berrendo, y hay un programa de reproducción en cautiverio en la Reserva de la Biósfera de Vizcaíno, con un puesto de reintroducción justo fuera de la ciudad. Y luego están las dunas costeras en constante movimiento y las islas de barrera que bordean la enorme Laguna Ojo de Liebre, que durante el invierno es una de las zonas de crianza de las ballenas grises de California y un secreto demasiado bien guardado. La mayor parte de las dunas y la costa son accesibles en kayak, mientras que algunas áreas tienen acceso por carretera. Puede leer más sobre las ballenas amistosas de Baja California y la observación de ballenas en en esta página (en inglés).
No fue difícil divertirnos durante la visita con nuestro amigo que tiene un restaurante (La Espinita) y cuya hermana tiene un pequeño hotel detrás de él. Se ubican justo al norte del paralelo 28 y la frontera estatal. Él trabaja en su licenciatura en el turismo alternativo en la unidad local de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), por lo que a menudo tenemos la suerte de asistir a una clase o evento cada vez que lo visitamos. Esta vez fuimos a la clase de kayakismo en la laguna. El grupo está aprendiendo tanto a practicar el uso del kayak como a administrar un pequeño negocio de ecoturismo que ofrece recorridos cortos en kayak a lo largo de los canales o en la laguna para las familias locales y los visitantes en los fines de semana.
La clase se mete a la laguna y se dirige hacia el otro lado, donde hay dunas y un salitral. Remaron mientras yo investigaba el humedal.
El humedal con Deditos, Zacate salado (Distichlis littoralis) y las Salicornias (Arthrocnemum subterminale, Salicornia bigelovii y Salicornia pacifica, Amaranthaceae).
La vegetación de las marismas alrededor del borde de la laguna. Zacate de cordón (Spartina foliosa, Poaceae) en primer plano y los Deditos (Batis maritima, Bataceae) principalmente por encima de eso. Las dunas en la distancia.
Otras dos plantas comunes de la marisma son Yerba Reuma (Frankenia salina, Frankeniaceae) en la foto de arriba, y Chamizo (Suaeda esteroa, Amaranthaceae).
También nos reunimos con amigos: un botánico de la unidad local del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste y otro experto local en la observación de aves, para realizar una pequeña excursión para ver el estado actual de las plantas y ayudar a aclarar algunas identificaciones de plantas locales. Nos sorprendió la floración inesperada de una biznaga endémica, unas gotas de lluvia y un maravilloso arco iris contra un cielo ennegrecido. Más tarde esa noche, vimos los truenos y relámpagos y escuchamos la lluvia que por unos minutos golpeaba el techo. Aparentemente estábamos justo en la franja de una tormenta que azotó la mayor parte del norte de Baja California y se extendió por la costa hasta California. Guerrero Negro está, lamentablemente, en la zona donde cruzan los patrones de lluvia de invierno y de verano, por lo que solo recibe un poco de lluvia en cada temporada si tiene suerte.
Biznaga (Ferocactus fordii, Cactaceae)
Tiene que ser la biznaga (Ferocactus fordii) más pequeña que hemos visto. Ésta tenía unos 25 cm de alto, ¡y era un ejemplar grande! Algunas tenían solo 10-12 cm de diámetro.
Hacia el Norte, de Vuelta al Golfo
Después de salir de Guerrero Negro, nos dirigimos unos 200 km hacia el norte y luego unos 70 km hacia el este, de regreso a la costa del Golfo en la Bahía de los Ángeles. El día estaba fresco cuando nos fuimos y había un viento húmedo del oeste que resultaba en una temperatura en "la Bahía" alrededor de 70 F. Nos sorprendió, ya que comúnmente hace mucho calor a principios de mayo.
Nos detuvimos en el camino y caminamos al matorral para investigar las plantas por un rato. Vimos dos especies endémicas de Cholla en flor: Clavelina (Cylindropuntia molesta) con sus flores de color naranja amarronado y C. calmalliana, con flores de color amarillo pálido. El agave costero (Agave shawii) estaba floreciendo magníficamente. Curiosamente, aquí los cardones (Pachycereus pringlei) apenas tenían botones.
Agave costero (Agave shawii) a la izquierda y los Cirios (Fouquieria columnaris) a la derecha y al fondo.
Palo Adán (Fouquieria diguetii) en todo su esplandor.
El corredor desde la carretera transpeninsular hasta el Golfo es un buen lugar para ver las tres especies de Fouquieria (en la familia Fouquieriaceae) que crecen juntos: Palo Adán (F. diguetii), Ocotillo (F. splendens) y Cirio (F. columnaris). Palo Adán está cerca de su límite norte en esta área. Ocotillo y Cirio se extienden al sur varios cientos de kilómetros hasta las laderas norteñas del Volcán las Tres Vírgenes, justo al norte de Santa Rosalía.
El Ocotillo, Palo Adán y Cirio (de izquierda a derecha: Fouquieria splendens, F. diguetii, F. columnaris, Fouquieriaceae).
Cirio, Ocotillo y Palo Adán (de izq. a der.) ocurren juntos a lo largo de este tramo entre la Carretera 1 y Bahía de los Ángeles
Nos sorprendió la magnitud del Palo Adán en flor. En un valle mientras nos acercábamos a la Bahía, las bajadas que entraron al valle en ambos lados de la carretera resplandían por las antorchas rojas de las flores encima de los árboles, creando una amplia franja roja a través del valle desde nuestro punto de vista en la camioneta. Con muy poco tráfico en la carretera en ambos sentidos, nos detendríamos en la carretera para tomar fotos. Si eso no fuera suficiente, pronto llegamos a una área donde los copalquines (Pachycormus discolor var. pubescens, Anacardiaceae) también se florecía abundantamente, por lo que brillaba rojo o rosa por todos lados.
Palo Adán (Fouquieria diguetii).
Clavelina (Cylindropuntia molesta, Cactaceae) en flor.
El Fin se Acerca
No hemos terminado nuestro viaje, pero lamentablemente he llegado al final de las entradas para mis Notas del Sur de la Frontera para esta temporada. A medida que continuamos hacia el norte desde la Bahía, pasaremos por el desierto central y las áreas adyacentes del matorral costero, y finalmente entraremos a la provincia florística del norte de Baja California, a unos 200 km al sur de la frontera. Si te interesa leer más o ver imágenes del Desierto Central, consulta mi entrada de mayo de 2010. No esperamos que el campo sea tan verde como lo fue ese año, ya que ha sido un año un poco seco.
Espero que haya disfrutado leer sobre mis/nuestras actividades tanto como he disfrutado escribir sobre ellas, y que haya aprendido algo nuevo sobre el increíble Desierto Sonorense de Baja California y Baja California Sur. Espero verte pronto en el Jardín. ¡Muchísimas gracias!
—Debra Valov, Curatorial volunteer