BEE MAYO 2014
Los Pajaritos — Abejitas y Florecitas! — Sierra de Guadalupe
El amor se encuentra en todas partes. Los pajaros (las Calandrias palmeras, Verdines, Cardenales y los Gorriónes rojos) cantaban con mucha energía desde los árboles del jardín durante el mes pasado. Y los gavilanes pescadores finalmente están más tranquilos ya que han encontrado sus novios y preparan sus nidos cercanos.
Hace poco, un par de estos águilas trabajaban en su nido nuevo encima de un poste eléctrico al otro lado del vado que se ubica enfrente de nuestra casa. Durante unos días, con frecuencia se podía ver uno de las aves mientras cruzaba volando por nuestra ventana a una altitud muy baja porque traía una rama grande en las garras. De vez en cuando, dejaba de aletear mientras ajustaba la carga antes de continuar al nido. Y por varias semanas, una ave u otra se sentaba encima de otro poste cerca de la casa y a lo largo del día graznaba o chillaba, el sonido casi como el de rascar las uñas en el pizzarón. No es demasiado incómodo el sonido y de hecho es un poco adorable. Son aves increíblemente hermosas y reales. Otra de esta ave locale se puede ver con frecuencia en las mañanas o tardes espiando su próxima comida bajo en el agua mientras posa en la barandilla del puente donde cruza el río cerca del centro de Mulegé. Parece ser impávida ante los camiones y coches pasándola a alta velocidad.
Las abejas carpinteras o abejorros (posiblemente Xylocopa californica) están muy ocupadas. Estos insectos grandes, negros e iridescentes hacen sus nidos en la madera no pintada como las vigas y postes. También les gustan los troncos muertos de palma utilizados como postes. Se consideran pestes debido al daño que causan, pero son muy interesantes observar y son polinizadores importantes del desierto.
Se dice que son los machos que revolotean enfrente de la entrada del nido, protegiéndolo y persiguiendo agresivamente a los otros abejorros y aún los seres humanos que se acerquen demasiado. Cuando un macho ahuyenta a varios abejorros al mismo tiempo, sus payasadas al subir y bajar y chocar con ellos son muy graciosas, y parecen pilotos borrachos y torpes.
Afortunadamente los machos no pueden picar y aunque las hembras sí pueden, son poco dispuestas al hacerlo. Ya que se parean y anidan, es posible oír sus zumbidos afuera mientras buscan una pareja o un nuevo sitio para su nido bajo los aleros de la casa.
Aquí en Mulegé, no experimentamos la floración espectacular de plantas anuales silvestres como se ven en los desiertos de California Alta, o del Llano de Vizcaíno a menos de 200 km al norte, donde las flores de la primavera puedan brotar a fines de febrero o comienzos de marzo, muchas de ellas en las dunas costeras o interiores (vea abajo). Sin embargo, este año no vimos ninguna señal de la alfombrilla u otras hierbas anuales diminutas durante nuestra recorrido al área a fines de febrero para ver las ballenas grises en la Laguna Ojo de Liebre.
El desierto de Vizcaíno cerca del tramo a El Arco (feb. 2008).
Los lupinos en Vado Lester, cerca del Ejido Bonfil y el Volcán las Tres Vírgenes (feb. 2008).
En comparación, la mayor parte de las plantas anuales y muchos arbustos y árboles cerca de Mulegé florecen debido a las lluvias que caen a los fines del verano, entre julio y septiembre. Pueden seguir hasta octubre o aún noviembre en los años con mucha lluvia. Puede visitar mi página para ver las imagenes del desierto después del Huracán Jimena en 2009.
La floración aquí es más sútil y extendida, con los cactos en primer lugar a fines de febrero cuando el Cardón (Pachycereus pringlei, Cactaceae) echa botones y florece a partir de los mediados de marzo. Los cardones en la ladera enfrente de nosotras tienen muchas botones y flores por el tercer año, que me ha sorprendido bastante porque es más común que descansa esta especie un año o más entre la floración para que pueda restituir sus reservas de energía. Es posible que las lluvias de 2012 y 2013 los hayan ayudado mucho. Las plantas parecen muy sanas y gordas, teniendo en cuenta el mes y el clima.
El Cardón (Pachycereus pringlei) con flores en los principios de abril.
Las flores del Cardón en los principios de abril.
Las flores se ubican en la tercera parte superior del tallo en un arco de 270° entre el noreste y el noroeste. Esta especie es trioica, o sea, tiene flores que pueden ser de una de tres estados reproductivos: feminina, masculina o hermafrodita (bisexual).
De las millones de fotos que he tomado, pensaba que tendría más variedad en los sexos de las flores en mis imágenes, pero hasta ahora, en mi colección de fotos solamente he encontrado una planta masculina, algunas femininas y muchas bisexuales (las dos fotos de arriba).
Una flor hermafrodita (bisexual). Todas las estructuras reproductivas funcionan: el pistilo, estructura feminina que consiste en el ovario, estilo y la estigma o la(s) punta(s) receptiva(s); y los estambres, la estructura masculina que lleva las anteras llenas de pólen en un filamento.
Creo que son flores pistiladas (femininas). Dado lo que he notado, generalmente tienen un tubo más corto, los segmentos del perianto son doblados hacia atrás, los estambres son de color café en vez de cremas y se puede ver el ovario ya saliente al florecer (2003).
Las partes exteriores del perianto de esta flor bisexual son de color café o marrón en la parte inferior y cambian gradualmente a verde en la parte superior. Los segmentos interiores son blancos (la foto a la izquierda). Olvidé que hay algunas espinas cortas y ¡agudas! entre los pelos lanosos.
Flor estaminada (masculina). El pistilo es poco desarrollado, y apenas se mete desde el tubo al fondo de la flor. Los segmentos del perianto son rotados (a un ángulo de 90 grados del tubo). Se puede ver la falta de una protuberancia en el ovario en las flores marchitadas a la izquierda (marzo 26).
Las otras plantas que florecen temprano son las dos especies de Palo Verde, árboles o arbustos leguminosos. Dipúa, como se llama este Palo Verde (Parkinsonia microphylla) en Baja California, es la especie nativa del desierto muy común y extendida. La otra, el Junco o Junco Marino (Parkinsonia aculeata) como se conoce aquí, es nativa de México pero es más común como un árbol ornamental y se escape facilmente a las áreas perturbadas cerca de las habitaciones y a lo largo del río.
La Dipúa (Parkinsonia microphylla, Fabaceae) empieza a florecer alrededor de la Bahía Concepción (marzo 31).
Vista de la Bahía Concepción a través de las Dipúas que florecen (Parkinsonia microphylla, marzo 31).
Las dos especies de Parkinsonia pierden sus hojas bajo condiciones de sequía temporal, y llevan a cabo el fotosíntesis por los tejidos verdes de sus troncos y ramas durante la mayor parte del año. La Dipúa falta la espinas pero tiene ramitas con puntas agudas. Además cuenta con hojas diminutas, cada hoja bipinada tiene dos folíolos de 2 a 2.5 cm de largo y cada uno de éstos tiene varios foliólulos pinados de 2 a 3 mm de largo.
Una Parkinsonia microphylla en plena flor. Los otros árboles cercanos apenas empiezan a florecer. Muchas abejas y avispas aprovechan del néctar de las flores.
Se pueden ver las vainas pequeñas que se asoman de las flores de Dipúa (Parkinsonia microphylla).
En el Junco hay espinas pequeñas en la base de las hojas. Las hojas generalmente son bipinadas y cada raquis de los folíolos miden entre 20 y 40 cm de largo y tiene foliólulos diminutos de 3 a 6 mm distribuídos escasamente a lo largo de los raquis. Las hojas le da una apariencia tenue a la copa del árbol.
Un Junco (Parkinsonia aculeata) que crece cerca de la ribera del río en una huerta abandonada.
El tronco de un Junco marino (Parkinsonia aculeata). La corteza es de un color verde limón muy oscuro mientras la corteza de Dipúa ( P. microphylla) es más pálida.
Estas especies pertenecen a la subfamilia de Caesalpinioideae, que se caracteriza por flores con 5 pétalos que son bilateralmente simétricas o un poco irregulares (vea las de abajo). Los pétalos se dividen en uno superior, la bandera, que es un poco más grande, y cuatro inferiores que son más o menos iguales. Las dos especies tienen pétalos inferiores de color amarillo sin manchas.
La bandera de la Dipúa es blanco pero se pone amarillo como los otros después de la polinización. Por otro lado, la del Junco es amarilla con manchas anaranjadas cerca de la base, y al ser polinizada, se pone completamente anaranjado o aún marrón.
Las flores de Parkinsonia microphylla. Nota las flores a la derecha con el pétalo blanco y las gordas anteras anaranjadas. La otra flor con el pétalo blanco a la izquierda tiene anteras que se marchitan. La flor central destiña y ya tiene una bandera amarilla y anteras resecas. Hay vainas que se ubican a las 7 y las 10 horas del reloj.
Las flores de Parkinsonia aculeata. Las tres flores y dos botones a la derecha están en una inflorescencia. La más vieja está abajo con una bandera de color anaranjado oscuro y unas anteras resecas y oscuras. El pétalo de la flor central empieza a ponerse anaranjado mientras la flor superior todavía está receptiva, con la bandera amarilla manchada y anteras gordas y anaranjadas.
Mientras escribo ésta, Mulegé y el desierto están muy secos. Los vientos cálidos y fuertes del norte que soplaban por días seguidos durante los meses de marzo y abril por cierto han afectado todo. Aunque sí, hemos tenido los períodos entre los vientos cuando, como en contraste, ¡todavía hacía calor y pero estaba muy húmedo!
Ahora, a veces en la noche cuando baja el viento y la humedad sube rápidamente, el viento lleva el olor de la Gobernadora (Larrea tridentata, Zygophyllaceae) por las ventanas de la casa, y el transformador encima del poste justo a unos metros de la casa empieza a chisporrotear ominosamente. Sabemos que es la hora de revisar mentalmente donde se encuentran la lámpara y las velas antes de relajarnos otra vez y disfrutar de los olores ricos de una cálida noche desértica.
Alrededor de Mulegé — 17 de mayo
Ha habido mucho que ver este año, y muy poco espacio y tiempo para mostrarte. Así que esta vez voy a presentar algunos artículos misceláneos.
Plumbago zeylanica (Aretito, Hierba del Alacrán, Plúmbago, Estrenina, Plumbaginaceae). Esta hierba perenne es nativa del sudeste asiático, pero parece florecer bien en las zonas ribereñas de la península sur. Es más común río arriba de Mulegé en los arroyos de las sierras.
Esta planta estaba bien escondida de las bestias que ramonean en el área y tuve la suerte de obtener muestras y fotos durante un período prolongado. Las flores son de aproximadamente 1.5 cm de diámetro y las anteras son de un hermoso tono azul. El cáliz tiene pelos largos con glándulas en las puntas.
Sierra de Guadalupe
A fines de febrero, hicimos una excursión de día a las sierras para ver lo que podíamos. El camino ha estado en excelente condición durante los últimos dos inviernos, después de que las fuertes lluvias del huracán Paul lo destruyeron en 2012. El camino es estrecho, principalmente de un carril la mayor parte del camino y hay algunos espacios amplios aquí y allá en caso de que se encuentras con otro coche. En las 6 horas que pasamos ese día viajando a solo 25 millas en cada sentido, nos encontramos con dos autos, uno, por supuesto, mientras subíamos una pendiente empinada y suelta y nos dábamos una vuelta. Pero aparte de eso, podríamos haber sido las únicas personas en el planeta.
El camino que sube por la escarpa oriental de la Sierra de Guadalupe. La elevación es de aproximadamente 250-400 m. Aquí, el camino sigue el trayecto de un arroyo hondo.
Había una planta que se veía y olía a la Menta en el charco, así como Mimulus brevinasuta, Eleocharis geniculata y al menos dos especies de musgo, que también crecieron por encima, a lo largo de la filtración.
Aquí, hemos llegado a la cresta de las sierras y estamos mirando hacia el oeste. Unos amigos locales nos dijeron que éste es más o menos el punto donde los arroyos fluyen hacia el Océano Pacífico en lugar al Golfo.
Un gran zalate o higo cimarrón (Ficus palmeri, Moraceae) que crece de una roca. Las raíces crecen a través de la superficie de la roca y se meten en grietas donde puedan. Estos árboles son asombrosos y hermosos. Los higos, que tienen solo 1 cm de diámetro, están secos y no son comestibles.
O-o, ¿cuál camino debemos tomar? Decidimos ir a la izquierda, ya que habíamos escuchado que el camino a la antigua misión estaba en muy mal estado. La Ballena está casi en la costa del Pacífico, a 48 millas de distancia.
Nos detuvimos en el único lugar sombreado en el área, debajo del denso dosel de los árboles Mesquite (Prosopis articulata) y Condalia brandegeei (Rhamnaceae). ¡Incluso había mesas de picnic y un puesto de barbacoa!
Apenas podía ver a mi amigo en la distancia hasta que usé el lente telefoto. Ella había encontrado, y estaba recolectando, una planta acuática para mí.
Había tres o cuatro hierbas hidrófitas que también conozco de la zona ribereña cerca del Ojo de Agua en Mulegé. Stemodia durantifolia (sin nombre local, pero por razones que no son claras, es conocido en los Estados Unidos como Whitewooly twintip, un nombre un poco loco en mi opinión).
and... y Petunia parviflora (Solanaceae), también encontrada el año pasado en Mulegé. Las flores miden unos 5 mm D y las hojas son bastante gruesas. Aunque es conocida como Petunia costera, está muy lejos del océano aquí.
El Panteón de San Miguel se encontraba al otro lado de los árboles a poca distancia del área de picnic. No pudimos ver ninguna fecha en las antiguas tumbas (montones de rocas). Nuestro amigo dijo que las personas de los ranchos cercanos han sido enterradas aquí durante mucho tiempo.
Cuando subíamos la sierra, llegamos a un lugar donde una pequeña corriente de agua cruzaba la carretera, originado por una filtración amplia en el acantilado y la ladera sobre la carretera. En la base estaba este pequeño charco.
Un Huisache (Acacia brandegeana, Fabaceae) en flor en ambos lados del camino. Abajo, en el valle de Mulegé, es demasiado temprano en febrero para que este arbusto/árbol endémico florezca.
Como una pequeña montaña rusa, el camino sube y baja por varios kilómetros a través de una meseta.
Una cresta interesante en la distancia. Las losas verticales erosionadas le dan un aspecto prehistórico, como la parte posterior de un dinosaurio. Esta parte cruza una bajada con muchas especies también típicas del área de Mulegé.
El área de picnic estaba en una terraza limosa a solo un metro por encima del enorme Arroyo San Miguel. La escala aquí es difícil de ver, pero mira las siguientes fotos. Tiene más de 100 metros de ancho, desde este punto hasta los acantilados de 15 metros de altura en la distancia.
Había pequeños charcos poco profundos y el flujo de agua era visible desde la ribera derecha del arroyo hacia aquí.
Many-flowered Monkeyflower (Erythranthe [Mimulus] floribunda, Phrymaceae) cubrió densamente los márgenes de un par de charcos, junto con la Baraima (Bacopa monnieri), el Junquillo (Eleocharis geniculata)...
La planta acuática obligada que encontró mi amigo, Echinodorus berteroi (Water-plaintain, Alismataceae), estaba completamente enraizada en el lodo del fondo.
Una parte del panteón estaba rodeada por un muro de roca muy antiguo, construido con los bloques de lava locales que se pueden encontrar en casi todas partes en las laderas volcánicas. Nos preguntamos si pertenecían a los tiempos de la antigua Misión San Miguel que solía estar ubicada en algún lugar cercano.
Fue un muy buen viaje a la Sierra de Guadalupe. Ninguno de nosotros se había adentrado tanto a las sierras antes. Estaba yo constantemente alerta por plantas desconocidas, pero lo que vi mientras conducía era una mezcla o composición ligeramente diferente de la mayor parte de las plantas que conozco de los alrededores de Mulegé.
La vegetación en el área de Sierra Guadalupe se clasifica como parte de la región florística de la Sierra La Giganta, lo que significa que existen muchas diferencias en las comunidades de especies y plantas en comparación con la región de la Costa del Golfo Central. Sin duda, si hacemos otro viaje en octubre o noviembre, más cerca de la época de las lluvias de finales del verano, encontraremos muchas plantas desconocidas con hojas y tal vez incluso flores para ayudarnos a identificarlas.
Todos estábamos cansados de haber sido rebotados dentro del automóvil durante la mayor parte del día, pero regresamos al pueblo bastante contentos de haber explorado un nuevo territorio y experimentado la incomparable belleza de las sierras.
Llegamos al fin de esta entrada. El mes que entra será el último de esta temporada en el campo y nos dirigiremos de nuevo al EE.UU. Espero que haya muchas plantas en el transcurso del viaje para compartir con mis lectores. Hasta pronto...
Debra Valov—Curatorial volunteer