Esta sección contiene entradas sobre nuestras actividades botánicas en Baja California escritas para el UC BEE (oct 2012 a ago 2021)
y The UC Bee Hive (2022-), boletines mensuales para voluntarios y personal del Jardín Botánico de UC Berkeley.
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BEE HIVE SEP 2022
El Sitio Arqueológico San Borjitas, Mulegé, BCS
Cuando no sucede mucho desde el punto de vista botánico en un paisaje seco como aquí a lo largo de la costa central del Golfo de California, una mente activa como la mía necesita algo para mantenerse ocupada. Así que en marzo 2022, me fui a recorrer un nuevo territorio en las sierras con mi amigo Javier y visitar el arte rupestre en las cercanías de San Borjitas.
Listo para la carretera, rumbo hacia el norte a Palo Verde.
Palo Verde cerca de la salida a San Borjitas en el Km 157.
Una vez que nos registramos con Everardo, el representante del INAH (también nuestro guía del día), en Palo Verde y volvimos a la carretera, el viaje tomó poco más de una hora hasta la escala y comienzo del sendero. Eso no incluía el retraso de 15 minutos para cambiar una llanta destrozada.
El sitio está ubicado en la Sierra Guadalupe a una altitud de aproximadamente 530 metros. Actualmente la carretera se encuentra en excelente estado; hace poco la máquina había pasado y nivelado la mayor parte de ella. Solo los últimos dos kilómetros—una vez que ingresas al área cerrada del sitio arqueológico—son más accidentados, angostos y rocosos, pero esa parte tomó solo 10-15 minutos en el buggy de Javier.
Prácticamente más suave que algunas partes de la carretera. Nos dirigíamos al arroyo El Perdido; afortunadamente teníamos nuestro guía oficial, así que él debia conocer el camino de ida y vuelta.
Dirigiéndose hacia el oeste al principio del viaje. Muchos de los Palo Blanco (Lysiloma candidum, Fabaceae) llenan los lechos de los arroyos a lo largo del viaje.
A esta hora tan temprana, las vacas estaban un poco nerviosas alrededor de los inesperados visitantes motorizados. En este punto del viaje creo que estábamos, o pronto lo estaríamos, dirigiéndonos hacia Arroyo Baltazar.
Una vez que ingresamos al Arroyo San Borjitas a través de una puerta cerrada, el camino se volvió un poco más angosto, así como más accidentado en algunos lugares.
Una vez en Arroyo San Borjitas, nos acercábamos a nuestro destino...
...y nos acercábamos...
Los árboles amarillos son Hierba de la Flecha (Pleradenaphora bilocularis, Euphorbiaceae) así como algunos Palo Zorrillo (Esenbeckia flava, Rutaceae).
Sólo un poco más y estaríamos allí. En ese momento yo no tenía niidea de que el cañón sólo estaba a la vuelta de la siguiente curva. Me disfrutaba mucho el viaje.
Ingresamos al sitio arqueológico. El letrero dice: Pinturas Rupestres de San Borjitas.
Nuestro buggy y piloto de confianza. La escala está sombreada con una mesa para picnic.
Desde donde estacionamos, caminamos hacia el lado suroeste del cañón por un sendero que subió 50 metros a lo largo de unos 700 metros de distancia. El sendero estaba un poco suelto y resbaladizo (especialmente notable en el viaje de regreso cuesta abajo) y a medida que subíamos, el acantilado debajo de nosotros a nuestra derecha se hizo más alto y el borde más cercano.
Al principio, Javier le había preguntado a Everardo cuánto tiempo tomaría la caminata y le respondió que normalmente unos 20 minutos, pero, señalándo a mí rezagado en el sendero, ¡dijo que probablemente serían unos treinta! Así que con un bastón en una mano y un ligero empujón ocasional en mi mochila por parte de Javier cada vez que parecía perder mi impulso hacia adelante cuando subía una roca, o inclinaba a mi lado derecha, estaba decidido a seguir cojeando mi camino hacia arriba (en piernas cada vez más temblorosos) y sí, llegamos en el tiempo previsto.
Pasando por un pequeño charco, lleno de Buena Mujer (Chloracantha spinosa var. spinosissima, Asteraceae)
Una bonita zona de sombra, con mucho sotobosque. Aunque las plantas eran verdes y algunas tenían flores, la ladera estaba bastante seca.
Por supuesto, en mi defensa, mi progreso hacia arriba también se vio frenado por las plantas que veía en el camino. Tenía que parar de vez en cuando para tomar una foto para tener un inventario visual de lo que había visto (en lugar de notas escritas). Mientras caminaba, comencé a nombrar en español algunas de las plantas que reconocí y Everardo asentaría con la cabeza. De vez en cuando, se detenía y señalaba una planta, esperaba mi respuesta y, cuando la identificaba yo, asentía y luego continuábamos.
Para este punto, me alivié mucho saber que ya habíamos llegado a la parte superior del sendero y que no teníamos que caminar todo el camino hasta el arroyo que se ve en la distancia.
Los árboles y arbustos debajo y al otro lado del arroyo eran exuberantes y coloridos. El amarillo proviene principalmente de las hojas marchitadas de Palo Zorillo (Esenbeckia flava, Rutaceae).
La Cueva San Borjitas — ¡No puedo creer que lo logré!
Justo al otro lado del portón cerrado, había petroglifos (figuras grabados) en lo que parecían ser dos mitades de una roca partida. Otros se encontraban en la boca de la cueva. Todas eran figuras geométricas repetitivas en forma de “yonis”, representaciones de la matriz femenina.
Al acercarme por primera vez, el sitio no se veía en absoluto como lo había imaginado a partir de las fotos que mi pareja había tomado hace años en un viaje con amigos, cuando el camino corría principalmente a lo largo del fondo del arroyo pedregoso y por eso yo no podría aguantar el viaje. En primer lugar, no recordaba que habían dicho que tenían que escalar un cañón y que estaba encaramado en la ladera de un acantilado. Pero a medida que me acercaba, empezó a parecerme familiar y la escala de la cueva se hizo cada vez más evidente.
No es particularmente impresionante desde lejos...
... hasta que los muchachos entraron en el marco.
Se ha estimado que este sitio de arte rupestre tiene unos 7.500 años (aunque la edad es muy discutida en la comunidad científica). Fue creado por generaciones de cazadores-recolectores prehistóricos que migraban estacionalmente entre la costa del Golfo y las sierras. Vea a Pinturas Rupestres y los Vaqueros en mi sitio de web para una descripción más detallada del arte y varios sitios en la península de Baja California.
Más yonis más cerca de la boca de la cueva.
Los yonis de cerca.
Los pictógrafos (imágenes pintadas) son representativos del estilo Gran Mural del centro de Baja California. Las imágenes en el techo y las paredes de la cueva estaban ubicadas muy por encima de nuestras cabezas (4-5 m en algunos lugares) y eran en su mayoría de tamaño natural o más pequeñas, con muchas sobrepuestas hasta el punto de que era difícil distinguir los sujetos. Entre las imágenes se encontraban monos (figuras antropomórficas), chamanes con tocados, un coyote, una tortuga, varios peces y muchos venados. Los colores eran principalmente negros y rojos, pero había un mono blanco que parecía un extraterrestre y un animal amarillento, tal vez un coyote o un puma. Desafortunadamente, muchas de las pinturas más al interior de la cueva, donde el techo era más bajo, estaban más dañadas, principalmente por el hollín de los incendios en el suelo de la cueva.
Lado izquierdo de la sección principal de las pinturas.
Un poco más a la derecha de la imagen anterior. Todo en buen estado.
Superposición de imágenes, característica del Estilo Gran Mural. Aquí se representan monos y animales.
Debido a la curvatura del acantilado, la lluvia torrencial y la escorrentía de las tormentas desde arriba pueden atravesar la cara de algunas de las pinturas. Esto ha provocado la erosión de las rocas y la pérdida de claridad de algunas de las pinturas exteriores.
Las lluvias anteriores también ha arrasado el fondo de la cueva. Es probable que algunos artefactos se hayan sido llevados por el agua (y por visitantes) a lo largo de los años.
Un pequeño pictógrafo está muy desgastado cerca de la entrada de la cueva.
Un metate para moler semillas u otros alimentos.
No tuve mucho tiempo durante el viaje de ida y vuelta de seis horas desde Mulegé para mirar las plantas. Habíamos recogido a nuestro guía alrededor de las 8 am y tuvimos que traerlo de regreso a una hora decente en la tarde, así que solo tuve un poco de tiempo en la caminata cuesta arriba hasta la cueva y después de un almuerzo rápido al bajar para ver algunas plantas este vez.
Carter Torchwood (Amyris carterae, Rutaceae). Aparentemente, este es un arbusto raro y endémico de esta pequeña sección de las sierras al oeste de Mulegé (y de la Sierra la Giganta, de la cual forma parte). Inmediatamente me llamó la atención como una “planta desconocida”, principalmente debido a las grandes hojas pinnadas.
Poleo (Aloysia barbata, Verbenaceae). La hierba es aromática y casi mentolada. Las flores son amarillas, pequeñas y en forma de embudo.
Mauto (Lysiloma divaricata, Fabaceae). Es un pariente del Palo Blanco (L. candidum) que es prominente en la Sierra de la Giganta, así como en los arroyos del desierto y las laderas hacia el sur desde Santa Rosalía.
A esta latitud, Mauto es poco común y está limitado a elevaciones más altas como estas sierras; se vuelve más abundante en el sur de la península, especialmente en las sierras de la Región de los Cabos.
¿Hojas pegajosas con olor a zorrillo? Tiene que ser Rama Zorilla - Phacelia scariosa (Hydrophyllaceae). Pero las flores moradas de esta nativa son exquisitas en su cima arqueada de escorpión.
Hierba del alacrán (Plumbago zeylanica, Plumbaginaceae). Los cálices son muy chidos, con largos pelos glandulares pedunculados. Las anteras son de un azul precioso. ¿Quizás este arbusto ayuda a tratar las picaduras de alacrán? Parece ser ampliamente utilizado con fines medicinales.
Me alegré de haberme acordado de preguntarle a Everardo sobre un árbol en particular que habíamos visto en el estacionamiento, uno cuya identificación se me había escapado desde que comencé a ir de viaje con Javier a las sierras. El hábito, la corteza, las hojas y la fruta no fueron suficientes para identificarlo con la clave. Pero Everardo pudo darme el nombre local, Bebelama, y pude ir directamente a él (Sideroxylon occidentalis) en Annotated checklist of the vascular plants of Baja California, Mexico (Rebman, et al. 2016).
Este es un pequeño Bebelama (Sideroxylon occidentalis, Sapotaceae). El de la entrada del sitio era de unos 8 m H).
La corteza gris (en mi opinión chocolate, al menos en en esta área) es bastante distintiva, con surcos anchos y profundos.
Las ramitas rígidas y extendidas tienen brotes laterales cortos y espinas afiladas. Las hojas fasciculadas de 1-3 cm pueden dar a las ramas extendidas un aspecto de un cepillo de botellas.
La pequeña drupa mide 1-1,5 cm D, es verde cuando está inmadura y (azul-) negra cuando está madura. Naturalista tiene más fotos de la especie.
Huizache o Palo Chino (Senegalia peninsularis, Fabaceae) es un arbusto o árbol endémico. Este árbol medía unos 8 m de altura.
Alrededor de Mulegé, al nivel del mar o cerca de él, por lo general es más un arbusto y solo mide entre 2 y 3 m de altura. Aquí, compite con los más altos de los Mezquites y Bebelamas.
Se puede encontrarlo desde San Ignacio hacia el sur hasta Los Cabos. Las hojas son bipinnadas, con 1-2 pares de pinnas y 2-8 pares de folíolos.
Las diminutas flores están en cabezuelas globosas a ovoides de 1,5-2 cm de diámetro. Tiene espinas estipuladas unguiculadas (curvadas) (se pueden ver una en el tallo arriba).
Una vez que regresamos al camino principal, fuera del área cerrada, nos dirigimos a Rancho Baltazar para registrarnos y pagar la pequeña tarifa requerida por la INAH. Más arbustos amarillentos de Hierba de la Flecha y Palo Zorillo agregaban color.
Rancho Baltazar. Además de contratar a Everardo en Palo Verde, los visitantes pueden ir directamente a este rancho para contratar a un guía oficial para el viaje a San Borjitas.
Regresamos hacia la carretera y la casa.
Embotellamiento en el arroyo.
Hemos llegado al final de esta entrada. Espero que estés disfrutando de la información cultural junto con las plantas. Siempre quise ver San Borjitas, pero el camino siempre ha sido un problema, así que estoy muy feliz de que este haya resultado ser el año perfecto. La próxima entrada, hay más aventuras de arte rupestre, esta vez en Santa Martha en el sur de la Sierra San Francisco... en una mula. ¡arre!
Hasta pronto...
Debra Valov—Voluntaria curatorial
Referencias y Recursos
Rebman, J. P., J. Gibson, and K. Rich, 2016. Annotated checklist of the vascular plants of Baja California, Mexico. Proceedings of the San Diego Society of Natural History, No. 45, 15 November 2016. San Diego Natural History Museum, San Diego, CA. Texto completo (inglés) disponible en línea.
Rebman, J. P and Roberts, N. C. (2012). Baja California Plant Field Guide. San Diego, CA: Sunbelt Publications. Descripciones y distribución.
Valov, D. (2020). An Annotated Checklist of the Vascular Plants of Mulegé, Baja California, Mexico. Madroño 67(3), 115-160, (23 December 2020). https://doi.org/10.3120/0024-9637-67.3.115
Wiggins, I. L. (1980). The Flora of Baja California. Stanford University Press. Claves y descripciones.