Historia del Huracán Jimena y las Secuelas
El huracán Jimena comenzó su vida como depresión tropical 13-E el 28 de agosto de 2009 frente a las costas de Michoacán, México.
Tres días después, a las 8 a.m. PDT del 1 de septiembre, Jimena se encontraba a unas 140 millas al SSE de Cabo San Lucas y tenía vientos máximos sostenidos de 145 mph. Fue un huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson.
A medida que la tormenta había ido ganando fuerza, se iniciaron importantes preparativos en Cabo San Lucas y La Paz, así como en las áreas costeras que se creía que estaban en su camino o cerca de él. Los militares fueron movilizados para lidiar con las secuelas de inundaciones y daños por tormentas en carreteras e infraestructura. Los equipos médicos estaban en alerta y la compañía eléctrica movilizó equipos a las regiones periféricas para enfrentar los inevitables cortes de energía.
Las proyecciones variaron en cuanto a cuál sería su camino y su intensidad cuando tocara tierra. Las primeras proyecciones hicieron que Jimena se quedara al oeste de la península, tocando tierra al norte de Bahía Magdalena o incluso más al norte en San Juanico (ver mapa arriba) como una Categoría 3 (vientos máximos de 111-133 mph). Una vez que llegara a tierra, perdería gran parte de su energía y podría cruzar la parte noroeste de Baja California Sur antes de dirigirse hacia el oeste sobre aguas más frías del Pacífico.
El 2 de septiembre de 2009, el huracán Jimena tocó tierra cerca de Puerto San Carlos, mucho más al sur de la costa del Pacífico de Baja California Sur de lo esperado. Afortunadamente, cuando tocó tierra, lo hizo como un huracán de categoría 2 y no como la categoría 3 que se había previsto. Durante varias horas, disminuyó a una Categoría 1, con velocidades de viento sostenidas de 85 mph. Dejó un camino de destrucción a lo largo del lado del Pacífico en las ciudades de Puerto San Carlos, Puerto Adolfo López Mateos, Ciudad Constitución y norte hasta San Juanico.
Las proyecciones continuaron mostrando a Jimena subiendo por la costa pacífica de la península, dejando tierra brevemente antes de tocar tierra por segunda vez cerca de Bahía Asunción y luego desviándose inofensivamente hacia el Pacífico (ver mapa, izquierda). Pero, como suele hacer la Madre Naturaleza, no siguió el curso previsto (ver el mapa a continuación).
En cambio, Jimena se dirigió hacia el norte por tierra, arrojando lluvia y derribando postes y edificios en la región de Comundú y Loreto. Estaba claramente en curso de colisión con Mulegé y Santa Rosalía. Mientras los medios de comunicación y otros respiraban con alivio y felizmente informaban que las áreas turísticas de Cabo San Lucas y la capital La Paz habían sido salvadas por la tormenta, el huracán Jimena continuó avanzando sin demorar hacia lugares menos poblados, pero no menos importantes, zonas de la península.
El 3 de septiembre, después de haber sido azotado durante todo el día y la noche por el huracán de categoría 1, el pueblo de H. Mulegé, con una población de aproximadamente 5,000 personas, fue inundada por una crecida repentina.
En 2006, el huracán John inundó el valle del río y las aguas de la inundación alcanzaron aproximadamente 21 pies de altura debajo del puente, o aproximadamente un metro debajo de la extensión principal. Este año, se cree que el agua estaba a unos 32 pies por encima de lo normal y al menos varios pies sobre la parte superior de los rieles del puente. Las estimaciones oficiales * en esta fecha sugieren que alrededor del 85% de las estructuras fueron dañadas por el huracán (viento y lluvia) o la inundación resultante. Solo se ha confirmado una muerte.
Se cree que unas 300 familias no tienen hogar.
El pueblo de Santa Rosalía, con una población de poco más de 10.000, también se vio gravemente afectado cuando una inundación repentina rugió por el cañón principal en el que se ubica la mayor parte del pueblo. Los vehículos fueron arrastrados al mar y los edificios fueron arrasados. Las estimaciones oficiales sugieren que alrededor del 40% de los edificios en Santa Rosalía fueron dañados.
El acceso a la carretera solo se abre 3 o 4 días después del evento. Las pistas de aterrizaje cercanas tienen daños en las superficies o los caminos de acceso son inacesibles. En las primeras etapas de los esfuerzos de recuperación, están llegando alimentos, agua, ropa y suministros médicos. Se necesitará mucha ayuda ya que muchas familias e individuos han perdido no solo sus posesiones, sino también sus hogares y negocios.
